Hasta la llegada de la pandemia a nuestro país el teletrabajo nos parecía algo no muy cercano, necesario sólo en casos excepcionales. Pero como bien dicen “hoy en día este sistema llegó para quedarse”, no sólo acá en Chile, sino que también en el mundo.
Por ello, en marzo se promulgó una ley para la implementación del trabajo a distancia, la que
a juicio de la abogada laborista y académica de la Universidad de Talca, Irene
Rojas, “se entiende porque había una situación de emergencia que era necesario
enfrentar, pero hay muchas observaciones y objeciones que se plantean a ese
régimen jurídico que tienen que ser modificados” .
Y añade, ”necesariamente tienen que haber otros organismos,
el más relevante y que puede tener una mayor influencia es la organización
sindical. Pero desgraciadamente en el caso chileno tenemos muy pocas
organizaciones de este tipo”. Dada esta situación, dijo, una alternativa “es
que se formen colectivos de trabajadores al interior de la empresas y de esta
manera el empleador puede pactar el nuevo sistema”.
La académica explicó que se debe revisar en la ley la exclusión de los límites de la jornada y la
garantía de desconexión, fijada hoy en 12 horas, lo que a su juicio es
totalmente insuficiente.
“La necesaria garantía de los límites del trabajo es una
conquista de los trabajadores, las personas somos multidimensionales, somos
trabajadores, parte de una familia, integrantes de una sociedad, el sistema nos
tiene que permitir el desarrollo de todas estas dimensiones”, precisó, ya que
existen muchos problemas que se producen al momento que un trabajador traslada
sus labores al hogar, como son los psicosociales y los costos económicos
adicionales.