La tarde del jueves 27 de agosto Hernán Calderón Argandoña ,
ingresó al Centro Penitenciario Santiago 1, luego de que la Corte de Apelaciones
revocara la decisión del Juzgado de Garantía, indicando que Nano, como le dicen
sus amigos, debía pasar la prisión preventiva en la cárcel y no en la psiquiátrica
“El Cedro”, donde se encontraba.
Al interior de “La Playa” ( como le dicen a Santiago 1, por los privilegios que tiene) los reclusos están al tanto del ataque con
arma blanca, que perpetró contra su
padre el 11 de agosto y también del sector en el que sería internado: el Área
de Salud Ambulatoria (ASA) del centro de detención preventiva.
Fuentes de Gendarmería en el recinto le soplaron a La Cuarta
que “varios reclusos llegaron a la mañana siguiente de su llegada al ASA ‘con
la segunda’. O sea, diciendo que se sentían mal, que tenían heridas infectadas,
pero lo que realmente querían era ver a Hernán Calderón Argandoña”.
Según los propios trabajadores, la idea de hacer cambio de
luces con el hijo de la Raca era “para ofrecerle protección durante el tiempo
que esté encerrado a cambio de dinero. En la cárcel se vive la pobreza y él en
este momento es una mina de oro”.
Por otra parte, señalaron sobre el joven de 23 años que “ha respondido bien, no ha tenido problemas con los funcionarios y está dispuesto a seguir las indicaciones del personal médico”.
Además, se indicó que Nano Calderón podría ser trasladado al
modulo 11, exclusivo para imputados que hayan participado en delitos de alta
connotación pública y ex uniformados, esto cuando concluya la cuarentena por
protocolo Covid-19.
“Es un módulo mucho más tranquilo que los otros. De que hay peleas, las hay, pero en menor medida que en las demás. Por eso es que le quieren ofrecer protección, porque se sabe que cuenta con recursos. Así es el mundo de la cárcel”, finalizó uno de los trabajadores del penal.