La alta dispersión geográfica
tan propia de la región del Maule vuelve
esencial contar con programas que entreguen educación a los sectores (semi)
rurales donde la oferta tradicional es baja o nula.
Los Centros Educativos Culturales de la Infancia (CECI), el
Programa de Mejoramiento de la Infancia (PMI) y el programa Conozca a su Hijo
(CASH) de la JUNJI, cumplen este rol, y en un año marcado por la distancia
física y la paralización de clases presenciales, han liderado procesos
innovadores para dar continuidad a los procesos pedagógicos en contexto de
pandemia.
Entre las estrategias más destacadas, la coordinadora
regional de los programas educativos alternativos, Romina Oyarzún, detalla:
“durante este periodo, hemos realizado más de 20 cápsulas audiovisuales con
diversas temáticas como higiene bucal, cuidado del medio ambiente, experiencias
con material reciclado y contención emocional, entre otras, las cuales se
almacenan y difunden a través de la plataforma Youtube con las encargadas de los
centros alternativos, quienes, a su vez, difunden con sus familias usuarias”.
Esto no queda aquí, además de aprovechar la plataforma
digital también aprovecharon la entrega de alimentos de la JUNAEB para entregar
a los párvulos material de enseñanza junto a una sugerencia de experiencia de
aprendizaje que pueden realizar con este material. “Cabe destacar que el
material de enseñanza se potencia con material reciclable o propios de la
naturaleza de cada comunidad educativa, como la incorporación de material
natural para potenciar las experiencias de aprendizajes sugeridas”, agrega
Romina.
Finalmente, una tercera innovación implementada durante el
periodo pandémico por Covid-19, ha sido el envío, a través de WhatsApp o la APP
“Mi Jardín”, de experiencias de aprendizajes contextualizadas y particularizada
a los grupos de niños/as, siempre relevando la potenciación de las artes, en el
caso de los centros CECI, y la potenciación de la cultura local, en el caso de
los centros PMI. Romina concluye que cada uno de los procesos antes
mencionados, son acompañados y apoyados por las educadoras itinerantes y
monitores de arte, además de la realización constante de retroalimentación con
las familias usuarias, para recopilar evidencia, opiniones y oportunidades de
mejora.
En cuanto a la vinculación del desarrollo psicoemocional de
niñas y niños, con las expresiones artísticas que potencian estos programas,
Carolina Alegría, subdirectora de Calidad Educativa JUNJI, manifiesta: “En
educación inicial, la comunicación y los diferentes tipos de lenguajes, en los
cuales se incluye la expresión artística, son fundamentales para el desarrollo
integral y emocional de los niños/as, ya que por medio de estas manifestaciones
es posible que puedan externalizar la creación de su propio universo, compartir
sus destrezas, alegrías, temores o esperanzas. Hoy, en medio de esta pandemia,
se hace aún más necesario potenciar las expresiones artísticas en al hogar,
para asegurar una infancia positiva y el desarrollo de una creatividad
ilimitada”.
Opinión que apoya el director regional de la JUNJI, Adolfo
Martínez, quién refuerza sobre lo esencial que es, más aún en el contexto
actual, mantener vigentes los procesos pedagógicos en sectores rurales. “Las
familias usuarias de los programas alternativos viven, en muchos casos, en
sectores donde no hay una buena conexión a internet, por lo tanto, se vuelve
imprescindible que como institución les entreguemos todos los insumos, soporte
y acompañamiento, para que puedan ejecutar experiencias educativas de calidad”,
finalizó la máxima autoridad de JUNJI en el Maule.