“En nuestro país el cultivo de cannabis, cuando está
destinado al “ ”consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo” “, lo que
incluye a los tratamientos médicos, no está prohibido en Chile, por lo tanto no
constituye falta ni delito y no requiere autorización alguna”, indica la
Fundación Daya.
La organización sostiene que la normativa vigente persigue
el tráfico de ciertas sustancias, dentro de las cuales se encuentra la
marihuana, no así el cultivo y consumo cuando es para uso personal.
Y añade algo bastante relevante, y es que “la confusa redacción de la ley ha permitido
una incorrecta interpretación por parte de las policías y fiscales, quienes
tienen a cargo la persecución penal”.
Hoy diversos medios abordaron el tema de la marihuana, ya
que este martes 20 de abril es su Día Internacional. Una planta que ha causado una profunda
polémica, debido a su uso y a los efectos en el cuerpo humano y en la sociedad.
El origen de esta fecha se remonta al año 1971, cuando un
grupo de estudiantes de California (Estados Unidos) denominado Los Waldos se
reunían a una hora fija al terminar sus clases a fumar marihuana (4:20 de la
tarde), estableciendo así el día 20 del mes 4 (abril) como el Día Mundial de la
Marihuana. De hecho, el número 420 es un código reconocido mundialmente para
referirse a la marihuana.
Entre los principales beneficios del cannabis medicinal, se
destacan los siguientes:
- Reduce la inapetencia, náuseas y vómitos
producidos por la quimioterapia aplicada a pacientes con cáncer.
- Para tratar el dolor y la espasticidad muscular
en personas con VIH/SIDA.
- Reduce en un 85% la frecuencia de migrañas.
- Puede contribuir a aumentar la eficacia de los
fármacos contra el cáncer.
La Organización Mundial de la Salud ha estipulado que el uso
del Cannabidiol (CBD) más conocido como marihuana medicinal funciona como
paliativo para enfermedades crónicas y para pacientes con epilepsia, ya que
reduce el dolor y la inflamación. Además no genera adicciones en los pacientes
que la consumen en las cantidades indicadas.
Con respecto a su uso recreativo y continuo, destaca que puede producir alteración de la conciencia, aumento y un posterior deterioro de la percepción, generando episodios de ansiedad y pánico, crecimiento del apetito.