“No
es lo mismo creer que un influenciador consume un bien o servicio porque
efectivamente reconoce en éste cualidades positivas en forma honesta e íntegra,
que saber que difunde una opinión sobre un producto, servicio o experiencia
porque una marca le paga para publicitarla”, indicó el Sernac
Es que para este ente fiscalizador ahí está la “madre del cordero”. Según explicó el diario La Tercera todo partió en una cuenta de Instagram del rostro de televisión Karol Lucero, quien en una de sus publicaciones mencionó la marca Adidas.
Tomando
esto como antecedente, el Sernac solicitó a la compañía información adicional, lo que también ha
realizado con otras empresas, a fin de “realizar un análisis jurídico acabado”.
A esto se suma
que en julio pasado, el SII anunció la fiscalización a 69 influenciadores con
más de 100.000 seguidores, como parte del Plan de Gestión de Cumplimiento
Tributario 2019.
Es que se busca analizar y conocer cómo opera el
negocio, que para un influenciador puede generar rentas desde los $100.000 a $2
millones o más por fotografía, en el caso de Instagram, dependiendo de la
cantidad de seguidores que tengan las cuentas. De ahí el interés por fiscalizar
esta forma de publicidad.