La medida fue presentada en un acto político transmitido por televisión, como parte de los preparativos para la toma de posesión programada para el 10 de enero.
La normativa, respaldada por el 82% de los padres brasileños, establece que los dispositivos estarán prohibidos tanto en las aulas como durante los recreos.
De igual forma, el líder ruso se mostró dispuesto a llegar a un compromiso sobre Ucrania en posibles conversaciones con norteamérica.
Para el total de los 51 acusados, la pena ascendió a más de 400 años de presidio.