Sabías que los recuerdos pueden transformarse en un verdadero aliado para ser
realmente feliz ¿ Es que cómo olvidar una exquisita comida? ¿O el primer beso lleno de amor y pasión?
“Los recuerdos son los pilares de nuestra identidad. Son el
pegamento que nos permite entender y sentir que somos la misma persona a lo
largo del tiempo. Son un superpoder que nos lleva a viajar en el tiempo y nos
libera de las limitaciones del momento presente. Modelan quiénes somos y cómo
actuamos, influyen en nuestro estado de ánimo y nos ayudan a formular sueños
con vistas al futuro”, así lo señala el danés Meik Wiking quien el año
pasado publicó el libro el ‘El arte de
crear recuerdo. Cómo hacer de tu memoria un aliado para ser más feliz’ (Libros
Cúpula).
Wiking fundó el 2011 el Happiness Research Institute, el primer Instituto de investigación de la felicidad del mundo, en Copenhague, y contribuye anualmente al informe de la felicidad mundial de la ONU. Licenciado en Empresariales trabajó para el Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca y ha escrito diversos libros e informes sobre la felicidad, el bienestar subjetivo y la calidad de vida, además de dar conferencias por todo el mundo.
Según el autor, la
felicidad a largo plazo puede depender de nuestra capacidad de crear un relato
positivo de la propia vida. Meik Wiking responde en este libro a una pregunta
muy concreta: ¿De qué están hechos los recuerdos felices? Para ello existen algunos ingredientes que dan a nuestros recuerdos la
categoría de “recuerdo feliz”:
Aprovecha el poder de las primeras veces. El
primer beso, el primer piso, el primer empleo. El Estudio del Recuerdo Feliz
llevado a cabo en el Instituto de Investigación sobre la Felicidad reveló que
el 23% de los recuerdos de las personas procedían de experiencias nuevas o
extraordinarias.
Sírvete de las historias para evitar la curva
del olvido. Son las historias compartidas las que nos unen. El 36% de los
recuerdos que recopilamos en el Estudio sobre el Recuerdo Feliz todavía seguían
en la memoria de los participantes porque se habían convertido en anécdotas e
historias.
3. Externaliza tus recuerdos. Escribir, hacer fotografías, grabar, coleccionar… Cualquier idea es buena a la hora de conservar nuestros recuerdos físicamente. Una encuesta reveló que el objeto más común que las personas salvarían de su casa en llamas es su álbum de fotos, y es que las fotografías son la llave que abre la cámara de los recuerdos.