Pensaban tener un desempleo en por lo menos dos dígitos pero esto no fue así, es que los pronósticos eran negativos desde el propio Banco Central, esto por el estallido social y su repercusión en la economía.
Pero el INE, dio “buenos resultados”, ya que informó que la tasa de desempleo en el trimestre octubre-diciembre llegó solo a 7%, sin embargo esta aparente baja cifra, esconde una realidad que prende las alarmas. “Si bien el incremento es menor al esperado, preocupa el aumento de la informalidad”, decía el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, cuando se conoció este indicador.
La tasa de ocupación informal, que implica trabajos de menor calidad, sin cotizaciones ni coberturas, llegaba a 30,4%, la más alta desde que se comenzó a registrar en 2017, llegando a un total de 2.601.000 personas y aumentando en 87.561, respecto al mismo lapso de 2018.
De igual forma para la región del Maule, el INE indicó que el empleo informal aumentó 36,3 por ciento registrando 3, 6 puntos en 12 meses. Y es que “la gente desempleada, mientras encuentra trabajo, que le va a costar entre 3 y 6 meses, está saliendo a la calle a buscar alternativas económicas. Es un efecto normal”, expresa Martín Ireta, director de Postgrado de la Escuela de Negocios de la U. Mayor.
Pero a ello, también se suma el uso de las tecnologías, al vender por internet, siendo chofer o repartiendo comida ¿ Pero qué sucede con la estabilidad laboral? Un tema alarmante.
Eso tiene también que ver con la definición de empleo en la estadística oficial del INE, donde basta con haber trabajado una hora a la semana por un pago y así estar ocupado laboralmente según el organismo.
Fotografía: La Tercera