Increíble, pero cierto, un grupo de Policías de la ciudad de Mar del Plata, cometieron el error de sus vidas, sembrando el pánico en los moradores de un domicilio que nada tenía que ver con la investigación que llevaban a cabo.

El miércoles en la noche, los efectivos policiales se movilizaron para capturar una peligrosa banda dedicada al robo de celulares.

Debido a la rapidez con la que actuaban los delincuentes para moverse de lugar, los policías se trasladaron velozmente hasta el sitio que era considerado como el escondite de estos ladrones de teléfonos.

La señal del GPS de uno de los aparatos, lo ubicaba en una determinada dirección y la policía arremetió con la casa.

Una vez en el inmueble realizaron un allanamiento. Como la residencia tenía un perro, los efectivos no encontraron nada mejor que lanzar gas pimienta para neutralizar al animal. Pero eso no sería todo, porque al iniciarse la búsqueda de los teléfonos y de los antisociales, lógicamente se generó el caos y nerviosismo en la familia dueña de la casa.

Pasados algunos minutos de la revisión, los Policías se dieron cuenta que ocurría algo extraño… no había celulares ni menos delincuentes. Los efectivos habían irrumpido en la vivienda de un importante funcionario del subdirector del Registro Público de Controladores de Administración y Permanencia, que depende del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires.

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